Cultura

Las 8 preguntas para Cristian Dalgaard (*)

(*) Cristian Dalgaard es pintor y diseñador gráfico, nació en Mar del Plata en 1956. Con numerosas exposiciones individuales y colectivas en galerías, museos y universidades. Sus obras forman parte de colecciones privadas y públicas de nuestro país, España, Bélgica, Holanda y EE.UU. Obtuvo distinciones en salones de orden municipal, regional y nacional, entre ellos: Primer Premio Adquisición Pintura en el Salón Municipal de Artes Plásticas Mar del Plata, 2011 y el Primer Premio Adquisición Pintura Salón Solimeno, 2006. Seleccionado en 2015 para el Premio internacional Ars Mirabilia Gallery Art, Italia. Es coautor del libro “Creer o Reventar, desde la duda militante hacia los bordes de la fe” y desde 2009 se desempeñó como coordinador y curador del ciclo “Arte en el Centro”, del Centro de Constructores y Anexos.

1)¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario? ¿Cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer?

-Algo que me pasó (no recientemente), fue con una edición de La Metamorfosis de Kafka, no sólo tenía errores de tipeo, sino que uno “sentía” que la traducción estaba de algún modo fraguada, o hecha a las apuradas. Tuve una sensación muy fea: leer el libro sin fe, con desconfianza en todo lo que estaba pasando allí. Eso me hizo pensar mucho en el tema de las traducciones. Volví a leerlo de otra edición, con otra traducción, pero ya no era lo mismo.

2) ¿Qué situación de su vida cotidiana encontró reflejada con sorpresiva exactitud en un libro, una película, una canción o cualquier otra obra de arte?

-Hubo situaciones similares a cosas vividas por mí en algún pasaje literario, o de alguna película, pero lo que recuerdo con más fuerza en relación a esta pregunta es una fotografía en la que se ve a un pintor de espalda, con una obra pequeña en el caballete y su rostro, volteado a la cámara -que lo “acecha” por detrás-, con un enorme fastidio por haber sido interrumpido desde el mundo externo. No recuerdo el nombre del pintor, pero la imagen me persiguió siempre y por supuesto que viene a mí cada vez que el exterior me toca la espalda.

3) ¿De qué lugar, personaje común o circunstancia en general que ofrece Mar del Plata se apropiaría para incorporarlo como pasaje central de alguna de sus obras?

-Me gustaría poder incorporarme temporariamente a un astillero mediano o pequeño, de tipo artesanal, de los que hay en nuestro puerto, y poder dibujar y pintar el proceso de construcción, ver el barco terminado, montado en unos caballetes, sin agua, inútil y misterioso.

4) ¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dos personajes de ficción?

-No puedo decir que sea el mejor, pero sí el que recuerdo ahora, y por algo deber ser: es el diálogo entre Alex y el viejo vagabundo al que él y su pandilla van a golpear (La Naranja Mecánica, de Anthony Burgess), tanto el que va a ser golpeado como el que va a golpear, en plena tensión se permiten preguntarse por la situación que están pasando, (vagabundo): “Vamos péguenme cobardes, ya no quiero vivir en este mundo podrido”, Alex: “¿Y qué tiene de podrido?”, al tiempo que empieza a golpearlo.

5) Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a un personaje, ¿cuál sería y qué haría?

-No sé si esto lo ayudaría, pero me gustaría tomar de las solapas al narrador de Casa Tomada, para que reaccione, que vaya hacia el fondo de la casa por lo menos para ver qué onda. Gran parte de la asfixia que me provoca el cuento es la pasividad de los hermanos.

6) ¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuál o cuáles?

-La parte selectiva de mi memoria no me permitiría recordarlo. Lo que sí puedo decir es que soy un tanto remolón para restituir algunos, particularmente las Obras Completas de Oliverio Girondo, que ya lleva 39 gloriosos años conmigo, ya a estas alturas con la aprobación de su dueño.

7) Un extraño hongo se esparce por su biblioteca y consume de manera irrefrenable los libros. Sólo dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres de ellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a la voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los sacrificados y cuáles los salvados?

-Esto se contesta rápido y sin pensar: se salvan Groucho y yo, de Groucho Marx, El Pensamiento Visual, de Rudolph Arnheim, El Rescate del Arte, de Jorge Romero Brest. Serán inmolados: el Diccionario, Cien Años de Soledad, de García Márquez y uno viejo de Majul que no sé qué hacía ahí.

8) Se le concede la extraordinaria excepción de hacerle una única pregunta a uno de sus tantos escritores predilectos. ¿Qué le preguntaría?

-A Bioy le preguntaría si hacía falta, si era tan necesario deschavar tanta intimidad de un amigo. Seguramente, si se dignara a contestarme, me convencería de que era imprescindible.

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